Entorno
Puede afirmarse que Alfambra y su entorno inmediato se encuentran habitados desde la antigüedad, al menos, desde la Edad del Bronce, tal y como atestiguan los restos arqueológicos encontrados en los yacimientos de Peña Dorada y El Castillo.
Pero es con la dominación musulmana cuando puede afirmarse que comienza la historia del actual Alfambra. De hecho, su topónimo es de origen musulmán: Al-Ambra, “la roja”, en clara referencia al intenso color rojo que alcanzan las arcillas sobre las que se asienta la localidad. De esta época se conoce la existencia de un castillo, dominio de los Banu Razin y según muchos autores, de los más importantes del Sur de Aragón. En la actualidad son escasos los restos que quedan visibles del castillo, pero eso sí, los resultados más interesantes de las diversas excavaciones arqueológicas en él realizadas pueden admirarse en el museo de la localidad.
Vega del Río Alfambra
El río Alfambra, que discurre a escasos metros del casco urbano, constituye el principal de los recursos ambientales de la localidad. En su vega se combina la vegetación de ribera con extensas áreas de cultivo ocupadas por huertos, frutales y plantaciones de frondosas, principalmente chopos y álamos. El río Alfambra es el hábitat natural de rapaces como el cernícalo o el ratonero y en sus orillas todavía es posible encontrarse con cangrejos autóctonos o con algunos ejemplares de nutria. Además, su valor paisajístico es más que destacado, erigiéndose como un oasis verde que contrasta con los ambientes esteparios tanto de las márgenes oriental como occidental.
Museo MUREA
Se trata de un museo monográfico dedicado al cultivo de la remolacha azucarera, muy importante en Alfambra el pasado siglo XX.
El museo incluye una colección permanente de útiles, aperos y maquinaria relacionados con el cultivo y la explotación industrial de la remolacha. Además, se incluye una sección en la que, a modo de centro de interpretación se repasa la historia de este cultivo, sus diferentes usos y las formas de transformación del mismo, todo ello desde un punto de vista divulgativo orientado a todo tipo de público. Otro de los atractivos del museo es el propio edificio, un antiguo lavadero de estilo modernista (1926). Rehabilitado por el Ayuntamiento, sus instalaciones también son utilizadas para celebrar recepciones, conferencias y exposiciones.
Castillo
Anterior a 1169, pero sin conocerse exactamente sus orígenes, el castillo de Alfambra fue una de las fortificaciones más importantes del sur de Aragón. Del castillo original tan solo se conserva una imponente torre de mampostería de catorce por siete metros de base. Sobre las ruinas del castillo se erigió en 1956 el monumento a Jesucristo que corona la localidad.
Puente de La Venta
Puente viaducto de FFCC perteneciente a la vía Teruel-Alcañiz que nunca llegó a funcionar. Se trata de un puente de tipo viga sobre robustos pilares, que configuran cinco arcadas, adaptándose al terreno, dos a cada lado en arco de medio punto y una gran arcada central, rebajada y con pequeñas arquerías en las enjutas. Estéticamente responde a las características del estilo modernista utilizado en todo el proyecto de la línea ferroviaria.
Sobre el puente se ha colocado parte de la instalación artística El Sueño, con la silueta de hierro de un tren, que se completa con la silueta de los pasajeros dispuesta sobre el muelle de la estación de FFCC de Alfambra.
Iglesia de la Asunción
Edificio del siglo XVII, de una sola nave de cuatro tramos más coro, con capillas laterales entre los contrafuertes y cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos. Construida en cantería, destaca su torre, de cuatro cuerpos y situada a los pies del templo, en el lado de la epístola. Del interior cabe mencionar la existencia de una reliquia que se atribuye a Santa Beatriz y que, según la tradición popular, fue traída a la localidad en 1349 por don Juan Fernández de Heredia, gran maestre de la orden de San Juan del Hospital.
Ermita de Santa Ana
Construcción del siglo XV situada a 7km de la localidad en dirección a Santa Eulalia. Recientemente restaurada, el conjunto presenta una iglesia de una sola nave, con crucero y capilla en la cabecera y coro a los pies. Cuenta además con una casa de ermitaño, reconvertida en salón multiusos. De su interior destacan las pinturas murales descubiertas en 2007. Se trata de dos conjuntos, uno de unos 30m², de estilo gótico, en el que se observa un retrato de los Reyes Católicos, otro del donante Juan Fernández de Heredia, un San Jorge y una representación de la Ultima Cena. En lo que respecta al conjunto de pinturas barrocas, de 15m² y localizadas en la cabecera de la ermita, puede observarse una cruz de la Orden de Malta y una ventana pintada.
Ermita de San Juan
Construcción barroca (S.XVIII) realizada en mampostería y sillería localizada aproximadamente a 1Km del casco urbano. Consta de una nave única de altura considerable cubierta por bóveda de cañón y tejado a cuatro aguas. El conjunto se remata con dos aleros de ladrillo dispuestos al estilo aragonés.